1- CREA UNA RUTINA DIARIA DE LIMPIEZA
El primer hábito esencial que tenemos que incorporar para el cuidado de nuestra piel, es una «rutina diaria de limpieza».
Aunque nada más leerlo te parezca obvio, a lo largo de mis veinte años de profesión en el mundo de la belleza me he dado cuenta que es un paso que mucha gente no tiene en cuenta.
Las personas se echan «algún» producto para hidratar la piel pero no todas se limpian con productos adecuados.
Nuestra piel es un órgano de eliminación, esto quiere decir que incluso aunque aparentemente no sudemos, nuestra piel está eliminando toxinas y por supuesto está siempre expuesta a toda la contaminación medioambiental.
Por eso es necesario limpiarla diariamente con un producto que respete tu manto hidrolipídico, es decir, que respete tu PH, sin engrasar ni deshidratar tu piel.
En este vídeo te explico más detenidamente la diversidad de productos que puedes elegir para limpiar en profundidad tu piel.
Ya sabes que yo abogo 100% por una cosmética natural que respete tu cuerpo y tu piel, libre de tóxicos y químicos.
Si te das cuenta, la cara es la única parte del cuerpo que mucha gente solo limpia con agua.
El pelo, el cuerpo, e incluso a la ropa le echamos jabón, sin embargo, no sé por qué razón la cara sólo se tiende a lavar con agua.
El agua sirve para aclarar pero no para arrastrar la suciedad acumulada, así que a partir de ahora te propongo que si todavía no lo tienes incorporado en tu rutina diaria empieces a utilizar algún producto que te permita eliminar toda la suciedad acumulada.
Te puedo asegurar que tu piel te lo agradecerá.